Potencialidad de uso de aguas servidas para riego y recarga de acuíferos: cuenca del río La Villa
Es la evaluación de la sostenibilidad y viabilidad del uso directo y de las técnicas de la recarga artificial de acuíferos en la cuenca del río La Villa, mediante el uso de aguas residuales tratadas para su posterior recuperación y reúso como fuente alternativa de agua.
Los cambios profundos que se han producido en el planeta como consecuencia de la revolución en el conocimiento científico y tecnológico han impactado de manera directa en nuestro modo de vida, en el medioambiente, así como en la disponibilidad de los recursos hídricos. A medida que aumenta la escasez de agua y la variabilidad hidrológica es mayor, afrontar los cambios provocados por el desarrollo constituye un desafío extraordinario debido a enormes presiones, riesgos y conflictos que surgen por el uso de recursos hídricos, ya que es cada vez más evidente que el actual uso, desarrollo y gestión de los recursos hídricos y de los servicios que proporcionan no es sostenible.
La República de Panamá como la mayoría de los países centroamericanos, comparte un ambiente caracterizado por una aparente abundancia de agua, aunque esta se encuentra distribuida en forma muy desigual tanto espacial como temporalmente. En las últimas décadas esta visión del agua ha llevado a un patrón de extracción que no contempla el uso racional del recurso, su conservación, la preservación de las cuencas, ni las necesidades de otros grupos de población en condiciones más vulnerables. Como consecuencia de este patrón de explotación, las fuentes de agua abundantes en alguna época se han extinguido paulatinamente, las que aún existen se encuentran contaminadas, o bien se explotan de una forma que no es sostenible social ni ambientalmente. El efecto de la explotación de las fuentes de agua en forma poco racional y la falta de una política de conservación ha afectado a la disponibilidad del recurso hídrico en el país, mientras la demanda se incrementa.
La competencia entre individuos y entre distintos sectores por este recurso esencial está aumentando de manera constante. Sin duda, la agricultura es y seguirá siendo el sector clave para el manejo del agua y también para mantener la seguridad alimentaria. Siendo el sector agropecuario panameño uno de los mayores usuarios de los recursos hídricos, tiene un reto de desarrollo sostenible en su doble dimensión: la de satisfacer las necesidades humanas, por un lado, y la de mantener la integridad de los ecosistemas, por otro, conjugando ambos objetivos. Entretanto en este reto, el suministro de agua potable y la gestión de las aguas residuales son componentes del saneamiento ambiental que definen la gestión de sostenibilidad del recurso hídrico y deben evaluarse de forma integral, con miras a resolver la problemática de escasez hídrica de las urbes de hoy.
En 2050, cerca del 70% de la población mundial vivirá en ciudades, en comparación con el 50% actual (ONU, 2014). En la mayoría de las ciudades de los países desarrollados existe infraestructura y recursos adecuados para abordar la gestión de las aguas residuales de manera eficiente. Las oportunidades de aprovechar las aguas residuales como un recurso valioso son enormes. La gestión de las aguas residuales es una fuente asequible y sostenible de agua, energía, nutrientes y otros materiales recuperables.
La recarga artificial de acuíferos es considerada en Panamá, hasta la fecha, una técnica especial. Es desconocida por gran parte de la población debido a la poca difusión existente de la misma. Por otro lado, la población en general también tiene escaso conocimiento de qué es un acuífero y cómo funciona, y, por tanto, mucho menos acerca de la posible opción de llevar a cabo su recarga artificial durante las estaciones de superávit hídrico para su posterior uso en las estaciones estivales o el uso de aguas residuales tratadas para ampliar las reservas de agua subterránea o usarlas para el riego.
El agua residual es una fuente no convencional de recursos útiles para la recarga de acuíferos. Su objetivo es el aumentar la cantidad de recurso hídrico subterráneo disponible para su posterior extracción y uso. De esta manera, el conjunto de recomendaciones sobre la calidad del agua de recarga puede simplificarse en tres aseveraciones (Fernández y López, 2010):
a) Cuando el uso del agua vaya a ser el consumo humano y se trata de una recarga directa mediante inyección el agua inyectada debe ser potable.
b) Cuando el uso del agua vaya a ser el consumo humano y se trata de una recarga mediante infiltración en el terreno, el agua recargada debe tener una calidad tal que la simple interacción con el terreno en un espacio de tránsito muy corto, algunos metros, garantice la potabilidad de agua, y esto ha de ser probado fehacientemente, mediante ensayos en laboratorio y en campo, antes de proceder a la construcción de las instalaciones de recarga.
c) En cualquier otro caso, la calidad del agua recargada debe ser tal que no comprometa lo usos actuales o potenciales del agua, incluidos los usos ecológicos.
Investigadores
- Valentina Opolenko (Inv. Externo)
- José Rogelio Fábrega Duque - Co-Investigador (Co-IP)
- Dra. Antonia Jiménez Rodríguez (Inv. Externo)
- Tania I. Maure (Inv. Externo)
- Leyre Escalante (Inv. Externo)
- Pablo Enrique Martinez Nieto - Colaborador